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El cambio climático “es más mortal que el coronavirus”, recuerda y destaca la ONU

El cambio climático “es más mortal que el coronavirus”, recuerda y destaca la ONU

La preocupación y lucha contra el Covid-19 no deben esconder ni minimizar la importancia de la crisis climática, ha recordado el secretario general de la ONUAntónio Guterres, en la presentación del balance oficial del clima en 2019, en un acto celebrado el 10 de marzo en la sede de la ONU en Nueva York en el que también participó el secretario general de la Organización Meteorológica Mundia, Petteri Taalas.

En la portada de la página de la ONU en internet, el titular destacado hace referencia (en la actualización del martes 10 disponible también el miércoles 11 por la mañana) al informe climático de 2019 con un titular más que contundente: “El cambio climático es más mortal que el coronavirus”.

”Es importante que toda la atención que tiene que ponerse en la lucha contra esta enfermedad no distraiga de la necesidad de combatir el cambio climático, la desigualdad y el resto de problemas a los que se enfrenta el mundo”, señaló Guterres en la conferencia de prensa de presentación de este informe en la sede de la ONU en Nueva York.

El secretario general de Naciones Unidas subrayó que tanto el coronavirus como la crisis climática son “dos problemas muy serios” que requieren una respuesta “determinada”, pero que tienen una naturaleza muy distinta.

La enfermedad, subrayó, tendrá a priori un impacto temporal, mientras que la emergencia climática es una cuestión de largo plazo.

En ese sentido, pidió “no sobrestimar” la reducción de emisiones que según algunos estudios se está viendo como consecuencia del coronavirus, vinculadas a la menor actividad en lugares como China y a la reducción del tráfico aéreo.

”No vamos a combatir el cambio climático con un virus”, advirtió Guterres, que insistió en que los países deben continuar trabajando para avanzar hacia una economía menos contaminante y alcanzar los compromisos necesarios en la COP26, prevista para el próximo noviembre en Glasgow (Reino Unido).

El secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Petteri Taalas, confirmó que en China se vio en enero una mejora de la calidad del aire como consecuencia del coronavirus, lo que muestra el impacto que la actividad humana tiene en el clima.

Taalas apuntó que la expansión del virus es “un drama”, pero insistió en que el impacto del cambio climático es de una “magnitud mucho mayor” para la humanidad.

El informe presentado este martes sobre el clima mundial en 2019, compilado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y una amplia red de asociados, destaca las señales físicas que sobre el alcance del cambio climático, como el aumento del contenido calorífico de los océanos y de la tierra, la aceleración de la subida del nivel del mar y la fusión de los hielos.

En el documento se ponen de manifiesto los impactos de los fenómenos meteorológicos y climáticos en el desarrollo socioeconómico, la salud de las personas, las migraciones y desplazamientos, la seguridad alimentaria y los ecosistemas terrestres y marinos.

Los datos ahora oficiales de la OMM confirman los ya avanzados en una declaración provisional publicada con motivo de la celebración de la Conferencia de las Partes (COP) en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en diciembre de 2019 (ver en La Vanguardia )

Así, como se recordará, ha quedado establecido que 2019 fue el segundo año más cálido del que se tienen datos desde que se realizan mediciones instrumentales. El quinquenio 2015-2019 comprende los cinco años más cálidos de los que se tiene constancia, y el período de 2010 a 2019 ha sido el decenio más cálido jamás registrado. A partir de los años ochenta, cada nuevo decenio ha sido más cálido que todos los anteriores desde 1850.

El año 2019 terminó con una temperatura media mundial 1,1 °C por encima de los niveles preindustriales estimados, un valor superado únicamente por el récord de 2016, cuando un episodio muy intenso de El Niño agravó el aumento de la temperatura media mundial vinculado a la tendencia general al calentamiento.

Dónde queda el Acuerdo de París

“Actualmente estamos muy lejos de cumplir los objetivos del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura a 1,5 o 2 °C”, explica en el prólogo el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres.

“En el presente informe se exponen los datos científicos más recientes y se evidencia la imperiosa necesidad de acometer una acción climática de gran alcance. Se recopilan datos de todos los ámbitos de la climatología y se enumeran las posibles repercusiones futuras del cambio climático, desde las consecuencias para la salud y la economía hasta el menoscabo de la seguridad alimentaria y el aumento de los desplazamientos”, añade el señor Guterres.

“Dado que las concentraciones de gases de efecto invernadero no dejan de aumentar, el calentamiento proseguirá. Según un reciente pronóstico decenal, es probable que en los próximos cinco años se produzca un nuevo récord de temperatura mundial anual. Es cuestión de tiempo”, dijo el Secretario General de la OMM.

“Acabamos de dejar atrás el mes de enero más cálido del que se tienen datos. En muchas partes del hemisferio norte se ha vivido un invierno excepcionalmente benigno. El humo y los contaminantes de los devastadores incendios de Australia se propagaron por todo el mundo y provocaron un pico en las concentraciones de CO2. Los récords de temperatura en la Antártida estuvieron acompañados de episodios de fusión de hielo a gran escala y de la fractura de un glaciar, hechos que incidirán en la subida del nivel del mar”, apuntó el señor Taalas.

“La temperatura es un indicador del cambio climático en curso. Las alteraciones en la distribución de las precipitaciones a escala mundial han tenido importantes repercusiones en diversos países. El nivel del mar sube a un ritmo cada vez mayor, en gran parte a causa de la expansión térmica del agua marina, así como también debido a la fusión de los mayores glaciares, como los de Groenlandia y la Antártida. Ello expone las zonas costeras y las islas a un mayor riesgo de inundaciones y puede provocar que sus zonas bajas queden sumergidas por las aguas”, dijo el señor Taalas.

Gases de efecto invernadero

En 2018, las fracciones molares de los gases de efecto invernadero alcanzaron nuevos valores máximos: las fracciones molares medias mundiales de dióxido de carbono (CO2) se situaron en 407,8 ± 0,1 partes por millón (ppm), las de metano (CH4), en 1 869 ± 2 partes por mil millones (ppmm), y las de óxido nitroso (N2O), en 331,1 ± 0,1 ppmm. Según datos preliminares, las concentraciones de gases de efecto invernadero siguieron aumentando en 2019.

Una proyección preliminar de las emisiones mundiales de CO2 derivadas de fuentes fósiles realizada con datos de los tres primeros trimestres de 2019 apunta a un incremento de las emisiones del 0,6 % en 2019 (valor comprendido en un intervalo de entre –0,2 y +1,5 %).

Océanos

Los océanos absorben más del 90 % del exceso de energía que se acumula en el sistema climático como consecuencia del aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero. En 2019, el contenido calorífico de los océanos a una profundidad de 2 km batió el récord anterior fijado en 2018.

El calentamiento de los océanos conlleva repercusiones generalizadas para el sistema climático y contribuye en más de un 30 % a la subida del nivel del mar a raíz de la expansión térmica del agua marina. Asimismo, altera las corrientes oceánicas e, indirectamente, modifica la trayectoria de las tormentas y provoca la fusión de las plataformas de hielo flotantes. Junto con la acidificación de los océanos y la desoxigenación de sus aguas, el calentamiento de los océanos puede entrañar cambios drásticos en los ecosistemas marinos.

En 2019, los océanos experimentaron, de media, prácticamente dos meses de temperaturas inusualmente cálidas. Por lo menos en el 84 % de las aguas oceánicas se experimentó al menos una ola de calor marina.

Acidificación de los océanos: en el decenio 2009-2018, los océanos absorbieron aproximadamente el 23 % de las emisiones anuales de CO2, amortiguando los efectos del cambio climático, pero con el consiguiente incremento de la acidez de sus aguas. La alteración del pH socaba la capacidad de calcificación de los organismos marinos —como mejillones, crustáceos y corales—, y ello afecta a la vida, al crecimiento y a la reproducción de la fauna y la flora marinas.

Desoxigenación de los océanos: tanto las observaciones como los resultados de los modelos indican la reducción de la concentración de oxígeno en las aguas litorales y en mar abierto, también en estuarios y en mares semicerrados. Desde mediados del siglo pasado, se estima que se ha producido una disminución de entre el 1 y el 2 % en el inventario de oxígeno oceánico en todo el mundo (entre 77 000 y 145 000 millones de toneladas).

Ecosistemas marinos: actualmente, la desoxigenación, junto con el calentamiento de los océanos y la acidificación de sus aguas, se considera una de las mayores amenazas para los ecosistemas oceánicos y el bienestar de las personas que dependen de ellos. Según las previsiones, con un calentamiento de 1,5 °C los arrecifes de coral ocuparían entre un 10 y un 30 % de su cobertura anterior, y ese porcentaje se reduciría a menos del 1 % si el calentamiento fuera de 2 °C.

El nivel del mar ha aumentado desde que empezaron a realizarse mediciones mediante altimetría por satélite (en 1993), pero el ritmo de subida de las aguas se ha acelerado en ese período, principalmente a causa de la fusión de los mantos de hielo de Groenlandia y la Antártida. En 2019, el nivel medio del mar a escala mundial alcanzó el valor más elevado del que se tienen datos.

Hielo

La constante y prolongada pérdida de hielo marino en el Ártico se confirmó en 2019. La extensión media mensual de septiembre (normalmente, el mes del año en el que la superficie de hielo registra su extensión mínima) fue la tercera más baja de la que se tiene constancia. Por su parte, la extensión mínima diaria registrada se situó al mismo nivel que el segundo valor más bajo del que se tienen datos.

Hasta 2016, la extensión del hielo marino en la Antártida había presentado un leve incremento a largo plazo. A finales de 2016 esa tendencia se interrumpió fruto de una repentina reducción en la superficie de hielo hasta niveles mínimos sin precedentes. Desde entonces, la extensión del hielo marino en la Antártida se ha mantenido en niveles relativamente bajos.

En los últimos 13 años, en Groenlandia se han registrado 9 de los 10 años con el menor balance de masa superficial de su manto de hielo. Y en 2019 se registró el séptimo valor más bajo del que se tienen datos. En cuanto al balance de masa total, Groenlandia ha perdido aproximadamente 260 Gt de hielo cada año en el período comprendido entre 2002 y 2016, y la reducción máxima se produjo en 2011/2012, cuando se perdió un máximo de 458 Gt. En 2019, la reducción del manto de hielo se fijó en 329 Gt, un valor muy por encima de la media.

Glaciares: Los resultados preliminares del Servicio Mundial de Vigilancia de los Glaciares indican que, por 32º año consecutivo, en 2018/2019 el balance de masa de los glaciares de referencia seleccionados fue negativo. Desde 2010 se han registrado ocho de los diez años con peores resultados en términos de balance de masa.

Impactos del cambio climático

En el informe se dedica una amplia sección a los impactos del tiempo y el clima en la salud de las personas, la seguridad alimentaria, las migraciones, los ecosistemas y la vida marina. Los datos expuestos se basan en las contribuciones de un amplio abanico de asociados de las Naciones Unidas (en la nota para los editores figura la lista completa de asociados).

Salud

La salud de las personas y los sistemas sanitarios pagan un precio cada vez más alto a causa de las condiciones de calor extremo.

En 2019, las altas temperaturas que se registraron en Australia, la India, el Japón y Europa batieron todos los récords y afectaron negativamente a la salud y el bienestar de la población. En el Japón, una intensa ola de calor provocó más de 100 víctimas mortales y 18 000 ingresos hospitalarios adicionales. En Francia, se registraron más de 20 000 visitas a urgencias para tratar dolencias relacionadas con el calor entre junio y mediados de septiembre, y durante dos importantes olas de calor veraniegas se produjeron 1 462 muertes adicionales en las regiones afectadas.

Changes in global vectorial capacity for dengue virus vectors

Cambios en la capacidad vectorial de los vectores de transmisión del virus del dengue a escala mundial, calculados mediante datos climáticos históricos.

Los cambios en las condiciones climáticas acaecidos desde 1950 facilitan la transmisión del virus del dengue a través de los mosquitos del género Aedes, con el consiguiente incremento del riesgo de contraer la enfermedad. En paralelo, la incidencia mundial del dengue se ha multiplicado drásticamente en los últimos decenios, y el riesgo de infección afecta a aproximadamente la mitad de la población mundial. En 2019 se produjo un gran aumento en la cantidad de casos de dengue en todo el mundo.

Seguridad alimentaria

La variabilidad del clima y los fenómenos meteorológicos extremos figuran entre los factores más importantes que han propiciado el reciente aumento del hambre en el mundo y son una de las causas principales de las graves crisis alimentarias. Tras una década de reducción constante, el hambre repunta: más de 820 millones de personas padecieron hambre en 2018. De los 33 países afectados por crisis alimentarias en 2018, en 26 de ellos la variabilidad climática y los fenómenos meteorológicos extremos fueron, junto con las perturbaciones económicas y las situaciones de conflicto, factores que agravaron la coyuntura imperante, mientras que en 12 de esos 26 países, los aspectos climáticos y meteorológicos señalados fueron la causa principal de la crisis. A la luz de esos datos, la comunidad internacional se enfrenta al colosal desafío de cumplir el objetivo Hambre cero de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

La seguridad alimentaria se deterioró claramente en 2019 en algunos países del Cuerno de África a causa de los fenómenos climáticos extremos, los desplazamientos, las situaciones de conflicto y la violencia. A finales de 2019, se estima que aproximadamente 22,2 millones de personas (6,7 millones en Etiopía, 3,1 millones en Kenya, 2,1 millones en Somalia, 4,5 millones en Sudán del Sur y 5,8 millones en el Sudán) padecieron de un elevado nivel de inseguridad alimentaria, una cifra solo ligeramente inferior a la registrada durante la grave y prolongada sequía de 2016/2017.

Marzo y gran parte de abril fueron meses con condiciones extraordinariamente secas y, posteriormente, entre octubre y diciembre, se produjeron lluvias inusualmente intensas y crecidas. El episodio de precipitaciones excepcionalmente fuertes de finales de 2019 también fue un factor que favoreció la aparición de la grave plaga de langostas del desierto que afecta la región del Cuerno de África, la peor en más de 25 años, y la más grave en 70 años en Kenya. Todo apunta a que se propagará todavía más de aquí a junio de 2020 y constituirá una grave amenaza para la seguridad alimentaria.

Desplazamientos

Entre enero y junio de 2019 se contabilizaron más de 6,7 millones de nuevos desplazamientos internos debidos a desastres, entre los que cabe destacar fenómenos hidrometeorológicos

—como el ciclón Idai en el sureste de África, el ciclón Fani en Asia meridional o el huracán Dorian en el Caribe— e inundaciones —como las que tuvieron lugar en el Irán, Filipinas y Etiopía—. Según las previsiones, esa cifra aumentará desde los 17,2 millones de 2018 hasta quedar cerca de los 22 millones en 2019. De todos los peligros naturales, las crecidas y las tormentas fueron los que más desplazamientos propiciaron.

Fenómenos de fuerte impacto

‏Durante la temporada del monzón, que empezó tarde, pero concluyó con acumulados totales de precipitación superiores a la media a largo plazo, se produjeron más de 2 200 víctimas mortales a raíz de diversas inundaciones que tuvieron lugar en la India, Nepal, Bangladesh y Myanmar.

Entre julio de 2018 y junio de 2019, en el territorio contiguo de los Estados Unidos de América la precipitación media durante ese período de 12 meses fue la más alta jamás registrada (962 mm). En ese mismo país, las pérdidas económicas totales debidas a inundaciones en 2019 se estimaron en 20 000 millones de dólares.

En enero, algunas zonas de América del Sur se vieron afectadas por condiciones muy lluviosas. Se produjeron grandes inundaciones en el norte de la Argentina, el Uruguay y el sur del Brasil, y en los dos primeros países las pérdidas estimadas ascendieron a 2 500 millones de dólares.

Por su parte, la República Islámica del Irán se vio gravemente afectada por las inundaciones de fines de marzo y principios de abril. En octubre y principios de noviembre, importantes inundaciones castigaron muchas partes de África oriental que hasta entonces habían estado azotadas por la sequía.

Sequía

La sequía afectó a muchas partes del sureste asiático y a Australia, que experimentó el año más seco del que se tiene constancia, en parte como consecuencia de la intensa fase positiva del dipolo del océano Índico.

En la parte meridional de África, América Central y zonas de América del Sur los acumulados de precipitación fueron anormalmente bajos.

Olas de calor

Para Australia, el año acabó igual que empezó: con calor extremo. El verano de 2018/2019 fue el más cálido del que se tienen datos, y lo mismo se puede decir del mes de diciembre. El día más caluroso, promediado por zona, del que se tiene constancia en Australia fue el 18 de diciembre, cuando se alcanzaron 41,9 °C. Los siete días más calurosos jamás registrados en el país y nueve de los diez días más cálidos de los que se tienen datos se produjeron en 2019.

A finales de junio y finales de julio se produjeron dos grandes olas de calor en Europa. En Francia, el 28 de junio se estableció en Vérargues un récord nacional de 46,0 °C (1,9 °C por encima del récord anterior). También se fijaron nuevos récords nacionales en Alemania (42,6 °C), los Países Bajos (40,7 °C), Bélgica (41,8 °C), Luxemburgo (40,8 °C) y el Reino Unido (38,7 °C), y el calor se extendió hasta los países nórdicos, registrándose en Helsinki la temperatura más alta de la que se tiene constancia en esa ciudad (33,2 °C el 28 de julio).

Incendios forestales

La temporada de incendios forestales fue superior a la media en diversas regiones situadas en latitudes altas, como Siberia (Federación de Rusia) y Alaska (Estados Unidos), y se declararon fuegos en algunas partes del Ártico donde antes las llamas eran extremadamente infrecuentes.

La intensa sequía que azotó Indonesia y los países vecinos provocó la temporada de incendios más devastadora desde 2015. La cantidad de fuegos declarados en la región de la Amazonia brasileña solo estuvo ligeramente por encima de la media de diez años, pero en América del Sur se registró el número total de incendios más elevado desde el año 2010. En ese sentido cabe destacar Bolivia y Venezuela, dos de los países cuyas temporadas de incendios fueron particularmente virulentas.

En Australia, la temporada de incendios fue excepcionalmente larga e inclemente en la última parte de 2019, y se sucedieron grandes focos de llamas hasta bien entrado el mes de enero de 2020. A principios de 2020, se habían notificado 33 víctimas mortales y la destrucción de más de 2 000 viviendas, mientras que la superficie total calcinada en Nueva Gales del Sur y Victoria se había cifrado en aproximadamente 7 millones de hectáreas.

En general, las emisiones diarias totales de CO2 debidas a incendios forestales estuvieron cerca de la media del período 2003-2018, según el conjunto de datos del Sistema Mundial de Asimilación de Datos sobre Incendios (GFAS) del servicio de vigilancia atmosférica de Copernicus (SVAC) del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (ECMWF). Los mayores incrementos con respecto a la media de 17 años que se registraron en los meses de julio, agosto, septiembre y finales de diciembre correspondieron al apogeo de los episodios de incendios en el Ártico, Siberia, Indonesia y Australia, respectivamente.

Ciclones tropicales

En 2019, la actividad en cuanto a ciclones tropicales estuvo por encima de la media en todo el mundo. En el hemisferio norte se produjeron 72 ciclones tropicales. Por su parte, la temporada 2018/2019 en el hemisferio sur también superó los registros medios, al formarse 27 ciclones.

El ciclón tropical Idai tocó tierra en Mozambique el 15 de marzo como uno de los sistemas más potentes jamás vistos en la costa este de África, provocando numerosas víctimas mortales y devastación generalizada. Idai contribuyó a la destrucción completa de cerca de 780 000 hectáreas de cultivos en Malawi, Mozambique y Zimbabwe, socavando todavía más una situación ya de por sí precaria en cuanto a seguridad alimentaria en la región. El ciclón también provocó el desplazamiento de por lo menos 50 905 personas en Zimbabwe, 53 237 en el sur de Malawi y 77 019 en Mozambique.

Uno de los ciclones tropicales más intensos del año fue Dorian, que tocó tierra en las Bahamas como huracán de categoría 5. La destrucción que ocasionó se vio agravada por su avance excepcionalmente lento, dado que permaneció prácticamente inmóvil durante unas 24 horas.

El tifón Hagibis llegó a tierra al oeste de Tokio el 12 de octubre, provocando graves inundaciones.

Fonte: La Vanguardia

Contra “Petroditaduras”, Arayara assina declaração em solidariedade com o povo da Guiana

Contra “Petroditaduras”, Arayara assina declaração em solidariedade com o povo da Guiana

Um dos livros mais lidos no mundo recentemente – Como as democracias morrem –, dos professores de Harvard Steven Levitsky e Daniel Ziblatt, aborda uma realidade dura, mas que precisa ser discutida: o risco a que estão expostas as democracias (sejam recentes ou não). Os professores falam de personagens recentes, como Donald Trump, e sua relação com a ascensão de Hitler e Mussolini nos anos 1930, a atual onda populista de extrema-direita na Europa, as ditaduras militares da América Latina dos anos 1970 e outro exemplos.

O que o livro não traz, mas poderia sem dúvida ser um capítulo relevante da obra, é o papel da indústria petrolífera no processo de corrosão das democracias. A Guiana é o mais recente exemplo do alto poder destrutivo da indústria fóssil. 

O pequeno e pobre país da América Latina foi alçado a futura grande potência econômica mundial por sua bacia petrolífera. O tradicional desenho de futuro promissor e riqueza para o povo da Guiana foi traçado. Mas não parece ter durado muito. A promissora riqueza gerou fortes tensões nas eleições presidenciais, realizadas no começo de março. Dois grupos tradicionalmente inimigos disputam o poder de uma nação que tem, segundo o FMI, uma projeção de crescimento de seu PIB em 85%. O PIB brasileiro, em 2019, cresceu 1,1%. Não há resultado oficial das eleições e os dois lados se declaram vitoriosos. A população está dividida. E a descoberta de 8 bilhões de barris de petróleo só faz aprofundar essa divisão.

O que os guianenses estão chamando de “a era do petróleo” pode se transformar no seu pior pesadelo: o fim de uma frágil e recente democracia; e o fim de diferentes setores da economia que até então são os maiores geradores de emprego e renda. 

A conta não fecha. Ainda mais se for colocado na balança a emissão de carbono promovida pela exploração dos combustíveis fósseis. Em tempos de emergência climática, fica realmente difícil acreditar no milagre do petróleo.

A divisão entre negros e descendentes de indianos, acirrada pelos bilhões prometidos pela Exxon, só tem um resultado previsível: a desestabilização da democracia local e, quem sabe, até mesmo sua morte.

“Petroditaduras”

Diretora do Instituto ARAYARA, entidade que atua fortemente pedindo que a indústria fóssil deixe o petróleo, o gás e o carvão no chão, Nicole Oliveira fala sobre os danos dessa indústria à democracia. “O petróleo historicamente corrói democracias, promove a corrupção e se esconde sob um falso e frágil argumento desenvolvimentista. Não há real desenvolvimento onde existe exploração de petróleo, pelo contrário, há muita isenção fiscal e incentivo do poder público. Mas à sociedade volta muito pouco ou quase nada em investimento em áreas essenciais como saúde, educação e infraestrutura”, afirmou.

Oliveira prossegue: “os defensores da indústria petrolífera afirmam que o petróleo vai salvar a sociedade. Pergunto: qual país foi salvo por este combustível fóssil?”. Para ela, o que existe é a “maldição do ouro negro”.

Ela vai além e cita exemplos de países que enfrentam graves problemas decorrentes do petróleo. Como o Brasil, que protagonizou o maior caso de corrupção do mundo e que tinha a Petrobras no centro desse escândalo. 

Já Venezuela e Arábia Saudita, duas nações que têm no petróleo sua maior fonte de “desenvolvimento, são, para Oliveira, duas “petroditaduras” que defendem e exaltam a falsa premissa desenvolvimentista do petróleo. “Cada uma a seu modo, talvez pelos continentes em que se situam, Venezuela e Arábia Saudita são duas petroditaduras porque ao defenderem o petróleo, criminalizam os defensores da democracia e ferem diariamente os direitos humanos. Não é apenas uma questão de emergência climática – que já seria o suficiente para frearmos essa indústria –, mas uma questão de defesa de princípios básicos como o direito à vida e à democracia. Por isso nos solidarizamos com o povo da Guiana”, enfatizou Nicole Oliveira.

Leia, a seguir, a íntegra da carta:

Declaração de solidariedade com o povo da Guiana

Nós, as organizações abaixo assinadas de direitos humanos, ambientais e democráticas, estamos escrevendo para expressar nossa solidariedade com o povo da Guiana, manifestando nosso total apoio ao Estado de direito na Guiana; a integridade do processo eleitoral; liberdade de expressão e associação sem medo de represálias; e o direito a um ambiente seguro e saudável. Observamos com crescente preocupação que o processo de tabulação de votos nas eleições de 2 de março testemunhou uma onda acelerada de irregularidades processuais, discrepâncias inexplicáveis, ameaças contra observadores imparciais e a declaração prematura do partido no poder como vencedor nesta eleição vital.

Aplaudimos os membros da comunidade internacional, incluindo a Comunidade do Caribe, Organização dos Estados Americanos, países da Comunidade das Nações, e os representantes conjuntos dos Estados Unidos, Reino Unido, Canadá e União Europeia que convidaram todas as partes a:

· Respeitar o processo democrático;

· Evitar declarar um resultado até que todos os votos sejam devidamente tabulados de acordo com a lei aplicável; e

· Trabalhar juntos para garantir uma transição pacífica de poder.

Concordamos e endossamos a declaração conjunta de observadores internacionais no processo eleitoral de que a tabulação dos votos nas eleições permanece incompleta e deve ser concluída em total conformidade com a lei da Guiana e com total transparência aos observadores internacionais, à comunidade internacional e à Guiana. Sem essas etapas, a legitimidade do processo eleitoral é altamente questionável.

Vitalmente, exortamos todos os envolvidos a trabalharem com agilidade para acalmar as tensões crescentes, evitar mais violências e garantir a segurança de todo o povo da Guiana, e prestar especial atenção à situação dos defensores do meio ambiente e dos direitos humanos, que muitas vezes são alvo durante períodos de turbulência social e política.

Nesse cenário de preocupação global pela legitimidade do processo eleitoral e pelo bem-estar do povo guianense, notamos o silêncio ensurdecedor do setor que mais exacerbou as recentes tensões políticas no país – a indústria do petróleo. Esse silêncio em um momento de profunda crise nacional fornece fortes evidências de que as empresas de petróleo estão mais preocupadas com o futuro do petróleo da Guiana do que com o futuro da nação e com as pessoas que possuem esse petróleo.

Convidamos a ExxonMobil e outras empresas de petróleo que operam na Guiana a seguirem o exemplo da comunidade internacional e declarar clara e inequivocamente que eles somente conduzirão negócios com um governo legalmente instalado.

Estamos ainda preocupados que esse silêncio se estenda ao Banco Mundial e outras instituições financeiras internacionais – privadas e públicas – que estão financiando a abertura da Guiana como a mais nova fronteira extrativista e promovendo ativamente a transição do país de um sumidouro de carbono global para uma grande novo emissor de carbono. Como trabalha com os advogados da Exxon para reescrever as leis que governarão a extração de petróleo no país, o Banco Mundial não assumiu posição pública sobre a agitação política de que a extração está exacerbando. Apelamos ao Banco Mundial, ao Banco Interamericano de Desenvolvimento e a todos os outros órgãos financeiros para que se juntem à comunidade internacional pedindo uma tabulação justa e transparente dos votos e a instalação do governo eleito legitimamente e democraticamente

A corrida para transformar a Guiana no mais novo estado petroestatístico contribuiu para uma situação política que ameaça os direitos humanos e a democracia, corre o risco de recompensar a corrupção e a repressão e traz as características reconhecíveis demais da maldição do petróleo. Essa maldição será agravada se a perfuração em águas profundas mal regulada e de alto risco na zona econômica exclusiva da Guiana desencadear uma explosão de poço. Um grande derramamento de óleo nas águas da Guiana colocaria em risco o meio ambiente marinho, a segurança alimentar e a indústria vital do turismo, tanto para a própria Guiana quanto para os países vizinhos do Caribe. E o petróleo gerado exacerbará a crise climática que já ameaça comunidades em todo o país, região e mundo.

Também pedimos à indústria do petróleo e ao setor financeiro que reconheçam que a Guiana pode nunca perceber a riqueza do petróleo necessária para superar esses riscos. Observamos com ironia que, mesmo que a promessa de riquezas incontáveis ponha em risco a democracia da Guiana, os principais produtores de petróleo do mundo acabam de se comprometer a inundar os mercados globais com petróleo muito mais barato do que o que a Guiana pode produzir economicamente, exacerbando ainda mais o risco de que a Guiana preso ao ciclo de dependência e empobrecimento que atormenta países ricos em petróleo há décadas. À medida que os mercados financeiros e de energia globais se afastam dos combustíveis fósseis com uma velocidade cada vez maior, os riscos de que a Guiana fique sobrecarregada com dívidas massivas e ativos de petróleo ociosos apenas aumentarão.

O fracasso em reconhecer esses riscos e a iminente transformação que enfrenta a indústria do petróleo e a economia fóssil contribuíram para a crise atual. As pessoas na Guiana estão trabalhando para garantir que seu país possa enfrentar essa crise e avançar para um futuro mais pacífico, estável, sustentável e democrático. Nossas organizações têm a honra de se juntar à comunidade internacional em seu apoio a esse esforço e ao povo guianense.

Está na hora da indústria do petróleo e da comunidade financeira global fazerem o mesmo.

A jovem indígena brasileira que levou sua luta pelo clima a ONU

A jovem indígena brasileira que levou sua luta pelo clima a ONU

Artemisa Xakriabá é hoje uma das mais importantes lideranças indígenas jovens. Cansada de esperar as autoridades tomarem atitudes diante do genocídio dos povos originários e da emergência climática, ela usa sua música e as redes sociais para expor ameaças que eles sofrem e se unir a outros jovens na luta pelo futuro do planeta.

Aos 7 anos, Artemisa Xakriabá caminhava pela mata quando se deparou com uma cena decisiva em sua trajetória. Familiares dela e outros moradores de sua aldeia, na Terra Xakriabá, no norte de Minas Gerais, se reuniam para fazer o reflorestamento da nascente de um rio devastada pela seca. Acompanhar a movimentação a fez entender que a defesa do meio ambiente se confunde com a luta pela sobrevivência do seu povo.

Outras memórias de infância e as origens da líder indígena de 19 anos alimentam sua força para seguir em sua missão. Na aldeia, em dias de sol, o fundo do quintal era palco para brincadeiras de casinha dos pequenos. O céu nublado anunciava a chegada da chuva, que faria o córrego encher. Era a promessa de um dia inteiro no rio ao lado dos irmãos e primos. No final da tarde, as crianças corriam para casa para ouvir as histórias e os ensinamentos do avô Darío.

O apreço pelas tradições também era fomentado na escola. Nas aulas de arte e cultura, Artemisa aprendia sobre plantio, colheita e preservação da mata. Em geografia, estudava raízes nativas com propriedades medicinais. Ao lado de outras crianças, compreendeu que a natureza é o sustento do seu povo e que todos têm a responsabilidade de preservá-la para as gerações futuras.

Engajada em movimentos de reflorestamento e proteção cultural da aldeia, ela não sabe exatamente quando se tornou ativista. “Em reuniões, os líderes mais velhos debatiam problemas e situações da aldeia. E nós, os mais novos, escutávamos. Então, com 17 anos, comecei a denunciar os retrocessos do Brasil pela música. Compunha as letras e depois cantava, acompanhada do violão. E, quando as pessoas ouviam as canções, diziam que ali estava o meu ativismo”, relembra.

Mesmo tímido, o protesto da jovem já tinha razão de ser. Nos últimos anos, a Amazônia vem sofrendo um verdadeiro ataque. Dados do Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais (Inpe) mostram que, entre agosto de 2018 e julho de 2019, 9 762 quilômetros quadrados foram desmatados, o que representa um aumento de 29,5% em relação ao mesmo período do ano anterior. Atrelada a isso emerge a preocupação com a cultura indígena, que está em risco em meio a muitos conflitos sociais. Essa não é uma história nova a ser contada. No final do século 17, bandeirantes chegaram à Terra Xakriabá, dizimaram a população e dominaram o território. Destruíram boa parte da floresta para a exploração de pedras preciosas. Anos mais tarde, foi a vez dos missionários, que queriam ensinar aos indígenas sua religião. Já se passaram três séculos, mas a ameaça aos povos originários continua.

O relatório Violência contra os Povos Indígenas do Brasil, do Conselho Indigenista Missionário (Cimi), aponta um aumento de 22,7% no número de assassinatos de indígenas no país em 2018. “Temos medo de andar na rua. O que eu mais gostaria de ver é o fim desse genocídio do nosso povo. Somos os principais defensores da natureza, damos a nossa vida para protegê-la. E o governo não se preocupa com a nossa luta. Estão colocando garimpeiros e pessoas a favor da destruição das nossas terras em cargos políticos e de poder. Estamos nas mãos de quem não quer nos dar acolhimento”, explica Artemisa. Segundo ela, não há políticas públicas que visem proteger seu povo.

9762 km² foram desmatados na Amazônia entre agosto de 2018 e julho de 2019 Dados: Inpe

Com uma população indígena de pouco mais de 800 mil pessoas, o Brasil tem apenas 462 terras indígenas regularizadas. Mesmo assim, recentemente, durante a cerimônia que marcou a transferência do Conselho Nacional da Amazônia Legal do Ministério do Meio Ambiente para a Vice-Presidência da República, o presidente Jair Bolsonaro declarou que o tamanho das terras demarcadas era abusivo, pois correspondia a 14% do território nacional. Criado por um decreto em junho de 1995, o Conselho da Amazônia Legal deveria auxiliar o presidente da República na formulação de políticas públicas na região. Entretanto, não tinha saído do papel até este ano. A ativação do órgão foi anunciada após duras críticas de ambientalistas e líderes mundiais à política ambiental brasileira. Embora nove estados façam parte do conselho, nenhum governador ou representante da sociedade civil integrará a instituição, que será formada apenas por representantes do governo federal.

Cansada de esperar uma atitude dos governantes diante da iminente emergência climática, Artemisa decidiu expandir as preocupações para além de sua comunidade. Encontrou nas redes sociais uma plataforma para retratar seu povo e dar amplitude às necessidades dele. Fala de apropriação cultural, faz denúncias de ataques a indígenas, abrindo o diálogo sobre a importância dos povos originários, e debate temas da causa LGBT+. Em seu perfil no Instagram (@hta_fernandes1001), discute, por exemplo, o projeto de lei que visa regulamentar a mineração, a exploração de petróleo e a geração de energia elétrica em terras protegidas – e que, no momento, tramita no Congresso Nacional. “Se for aprovado, será uma nova destruição. O desmatamento vai aumentar muito, animais vão morrer e os povos indígenas, que não são a favor da mineração em suas terras, provavelmente vão ter que lutar por seus direitos”, ressalta Artemisa.

Guardiões do Amanhã

Aos 16 anos, Artemisa, seguindo os passos de outros jovens locais, saiu da aldeia para estudar. Foi para Ribeirão Preto, interior de São Paulo, terminar o ensino médio. Enfrentou muitas barreiras para se adaptar ao novo estilo de vida. “Nós temos essa visão de um pé na aldeia e outro no mundo. Fazemos essa preparação para sair, estudar fora e depois voltar para o território. Só que, como moramos em um mundo muito nosso, é difícil. Quando vamos para a cidade, bate aquele sentimento de querer ir embora. No começo, eu chorava, não conseguia me acostumar com o clima e acabei ficando doente psicologicamente. Eu sei que era o meu espírito me pedindo para retornar para casa”, explica. Ela precisou de ajuda médica para superar as dificuldades, mas também encontrou outra forma de se reconectar com sua essência. O que melhorou seu ânimo foi criar um projeto de preservação da natureza em Ribeirão Preto.

No início deste ano, lançou o Reflores Verde, para reflorestar e arborizar áreas devastadas da cidade. “Eu sempre passava por lugares sem árvores, e aquilo me preocupava, me entristecia. Tinha que fazer alguma coisa. Conversei com amigos e pessoas que eu sabia que tinham interesse pela causa e bolamos a iniciativa. Hoje, são cerca de 150 participantes no grupo do WhatsApp”, conta.

Quem não consegue participar do plantio colabora fazendo doações para a compra de mudas e equipamentos. “É um pouco burocrático porque precisamos de autorização da prefeitura e da Secretaria do Meio Ambiente, mas é um trabalho necessário. Quando falamos em ativismo, não estamos nos referindo só à atuação no reflorestamento, mas também ao engajamento nas ações políticas.” Hoje Artemisa estuda para prestar vestibular para psicologia. Seu desejo é voltar para a aldeia quando terminar a faculdade e ajudar seu povo. De longe e em visitas esporádicas, ela ainda participa dos grupos de mulheres que discutem a preservação das terras de seu território.

Da Terra Xakriabá para o mundo

Durante uma reunião do grupo de mulheres da aldeia, Célia Xakriabá, uma das representantes da Articulação dos Povos Indígenas do Brasil (Apib), convidou Artemisa para participar da Primeira Marcha das Mulheres Indígenas, que aconteceria em agosto de 2019, em Brasília, e fez um pedido especial: “Tezinha, você poderia fazer uma música para a Marcha?”.

Artemisa se uniu a mais de 2 mil participantes para discutir o empoderamento feminino nas tribos. “Algumas pessoas pensam que não, mas é claro que existe machismo nas aldeias. É uma questão de gênero, não de raça. Lá no território já vi vários casos de mulheres que precisam cuidar da casa para o homem sair para trabalhar. Foi importante falarmos sobre isso”, lembra.

“É claro que existe machismo dentro das aldeias. É uma questão de gênero, não de raça”Artemisa Xakriabá

Nos quatro dias em que ficou na capital federal, a jovem apresentou a canção diversas vezes sem saber que ela seria capaz de mudar a amplitude do seu trabalho. Dias depois do encontro, coordenadores da Apib e representantes da ONU convidaram Artemisa para participar da Cúpula do Clima como liderança da juventude indígena pela Aliança Global dos Guardiões da Floresta, coalizão informal de indígenas e comunidades da Ásia, África e América Latina que luta por respeito aos seus direitos e pela inclusão dos povos das florestas em negociações globais sobre as mudanças climáticas.

Encorajada por Célia, Artemisa viajou para Nova York. Acompanhou discursos de líderes mundiais, participou de protestos e conheceu outros jovens ativistas, como Greta Thunberg, que começou fazendo um protesto solitário pela defesa do clima em frente ao Parlamento sueco e é criadora do movimento Sextas pelo Futuro. “Foi uma experiência única. Encontrei jovens e crianças que acreditam que suas atitudes podem mudar o mundo. Então, por que eu deveria parar? Conversei pouco com a Greta, mas dei um colar de presente a ela e agradeci por estar nessa luta pelo clima com a gente”, comenta.

Antes de participar dos eventos na sede da ONU, Artemisa esteve em Washington. Ao lado de jovens de diversas nacionalidades, ela se reuniu com membros do Congresso americano para pedir atenção à proteção do meio ambiente e à sobrevivência de sua comunidade. Uma carta foi entregue aos políticos descrevendo a seriedade da situação. “Já que não temos esse respaldo do governo brasileiro, precisamos de ajuda dos governantes de fora. É urgente falar do que está acontecendo no Brasil. A extração ilegal de madeira, por exemplo, que destrói nossas terras, tem como um dos principais destinos os Estados Unidos”, ressalta.

Segundo Artemisa, as autoridades americanas mostraram interesse nas reivindicações levadas por ela e a trataram com respeito e dignidade. “Aqui, quando participamos dos movimentos, fazemos as pinturas, usamos os trajes, e as pessoas riem, criticam. Eu já ouvi comentários de que os indígenas deveriam morrer. Lá isso não aconteceu, ninguém questionou minha origem nem me ameaçou.”

Para Artemisa, há um processo de identificação entre os mais novos e uma vontade de fazer parte da mudança, de chamar a responsabilidade para si. “A juventude se mobiliza porque é nosso futuro que está em jogo. Se estamos aqui hoje, é porque alguém se esforçou por nós. Agora devemos isso às próximas gerações. E este é o futuro: transformar batalhas individuais em coletivas”, explica a jovem líder, que leva para o mundo os aprendizados que recebeu na aldeia lá atrás, ainda criança, quando nem imaginava que sua luta cresceria tanto.

Fonte: Revista Cláudia

Onda de calor derreteu 20% da neve de uma ilha Antártica em 9 dias

Uma onda de calor na Antártida gerou estragos. O calor derreteu cerca de 20% da neve de uma ilha Antártica em apenas nove dias. As informações são da da NASA, que divulgou imagens mostrando a formação de lagos de água derretida onde a neve estava.

“Não vi lagoas de derretimento se desenvolverem rapidamente na Antártida”, disse Mauri Pelto, glaciologista do Nichols College, em Massachusetts, em comunicado. “Você vê esses tipos de eventos de derretimento no Alasca e na Groenlândia, mas geralmente não na Antártica.”

Pelto disse que durante a onda de calor, que atingiu o pico de 6 a 11 de fevereiro, a neve na Ilha da Águia derreteu 10 cm. Isso significa que cerca de 20% da neve sazonal na região derreteu neste único evento na Ilha da Águia, disse Pelto.

Ele acrescentou que esse derretimento rápido é causado por altas temperaturas sustentadas significativamente acima do congelamento. Esse calor persistente não era típico da Antártica até este século, mas se tornou mais comum nos últimos anos, disse a NASA.

A onda de calor de fevereiro foi o terceiro grande evento de derretimento do verão de 2019-2020, após períodos de calor intenso em novembro de 2019 e janeiro de 2020. “Se você pensar nesse evento de fevereiro, não é tão significativo”, disse Pelto. mais significativo que esses eventos ocorram com mais frequência “.

Tem sido um verão agitado para as notícias climáticas do continente mais frio do mundo. Além do calor recorde, um iceberg com o dobro do tamanho de Washington, DC, quebrou uma geleira lá. Além disso, os cientistas relataram que a “geleira do dia do juízo final” do continente está derretendo por baixo, devido à água morna incomum.

Fonte:

Quarentena forçada na China diminui drasticamente a poluição do país

Desde o começo de janeiro, a epidemia do novo coronavírus tem feito com que diversas regiões da China vivam em estado de quarentena. O lugar mais afetado é a província de Hubei, onde surgiram os primeiros casos do vírus. Com os cidadãos obrigados a ficar trancados em suas casas, houve uma queda drástica na produção industrial e no uso de veículos com combustíveis fósseis no país. A redução da produção e do uso de veículos acabou reduzindo drasticamente a emissão de CO2 e de outros gases poluentes na atmosfera, que contribuem para a aceleração das mudanças climáticas.

A diminuição fica aparente nas imagens de satélite divulgadas pela NASA. Nelas, a agência espacial compara o nível de poluição nos céus da província de Hubei em fevereiro do ano passado e fevereiro deste ano, deixando claro como a ordem de quarentena teve um impacto positivo nas emissões de poluentes pelo país.

De acordo com Fei Liu, pesquisadora de qualidade do ar no Centro de Voos Espaciais Goddard da NASA, esta é a primeira vez que um evento específico causa uma redução tão drástica das emissões de poluentes na atmosfera em uma área tão ampla. Ela afirma que outro evento que também proporcionou uma grande queda na poluição foi a recessão econômica de 2008, mas de modo muito mais lento e gradual. Ironicamente, isto faz com que a epidemia do COVID-2019 seja o evento que, nas últimas décadas, teve o maior impacto positivo na luta contra o aquecimento global.

A mudança climática e crise da água afetam os mais pobres da África

Nesta quinta-feira, a maior reunião da África sobre água e setor de saúde em Uganda terminou com um apelo aos governos para investirem em sistemas de água e irrigação resistentes ao clima, para reduzir a vulnerabilidade às mudanças climáticas.

Simeon Kenfack, diretor de programa da Associação Africana da Água (AfWA), disse que, à medida que os governos implementam planos e estratégias nacionais ambiciosos de ação climática, devem mostrar ao mundo que a África pode trabalhar em conjunto para enfrentar os riscos dos impactos Clima usando conhecimento e soluções existentes.

“Já existe uma base de conhecimento crescente, embora fragmentada na África. 

Os jovens na África são bem educados sobre questões climáticas, estão comprometidos e procuram gerar desenvolvimento no continente ”, expressou Kenfack.

O diretor salientou que o AfriAlliance, um projeto climático da África e da Europa para apoiar os acionistas africanos, está criando as parcerias necessárias para acelerar o acesso universal aos sistemas de água e saúde no continente.

O ministro da Água de Uganda, Ronald Kibuule, salientou que, com a urbanização acelerada na África, há um alto consumo per capita e a demanda continua a aumentar, acrescentando que o risco de falta de água persiste porque a crise da água é parcialmente induzida pelo clima.

Fonte: TRT